Aceites aromáticos: Del huerto a la cocina

¿Sabías que puedes aromatizar el aceite de oliva con las aromáticas de tu huerto? A raíz del confinamiento, cultivar plantas y cocinar se han convertido en dos de las actividades más creativas y amenas para hacer en casa, ¿por qué no juntarlas en algo tan sabroso y oloroso? Un simple hilo de aceite aromatizado basta para dar un nuevo aire a una ensalada, una pasta o una carne.

Aunar las propiedades del aceite de oliva con las notas gustativas y olfativas y los beneficios de las hierbas aromáticas y las especias es tan fácil que cuando te pongas manos a la obra te preguntarás por qué no lo hice antes. Basta sumergir en el aceite (suave y virgen extra, sin ninguna duda) las hierbas y condimentos y dejarlo reposar un tiempo. Esto solo es arrancar, ¡seguro que te surgiran muchas posibles combinaciones!

Con las plantas aromáticas de casa

Lo mejor es utilizar las plantas aromáticas que tienes en casa, plantas sencillas que no necesitan un gran trabajo ni muchos conocimientos jardineros. Las de hojas más tiernas precisan unas pocas horas de sol y viven perfectamente en semisombra e incluso sombra; las mediterráneas, como el romero y el tomillo, necesitan pleno sol. Asegúrate de que los contenedores donde crecen —pueden ser individuales o uno con varias plantas— dispongan de buen drenaje.

Cómo aromatizar aceite

  •  Las hierbas frescas deben ser minuciosamente lavadas —puedes diluir gotitas de lejía alimentaria o vinagre en el agua—, escurridas y secadas antes de ser introducidas en el aceite. Hay quien las blanquea unos segundos en agua hirviendo para acentuar el aroma.
  • Conviene que el envase que vas a usar para macerar esté esterilizado. Ponlo en agua en ebullición, como se hace con los de las conservas, y luego deja que se seque por completo.
  • El envase con la maceración debe guardarse bien tapado en un lugar oscuro, fresco y seco. Es importante que el cierre sea hermético y que los ingredientes queden totalmente sumergidos para evitar que aparezcan hongos o bacterias en las partes no cubiertas.
  •  El tiempo de maceración depende de los ingredientes, pero suele ser de unos 20 días. La concentración aumentará a medida que pase el tiempo. Puedes guardar el aceite unos dos años. ¡Anota la fecha de envasado!

Cuatro recetas, cuatro viajes sensoriales

  • Con ajos y tomillo

¡Un clásico! Fíjate que los ajos sean frescos y sanos, sin ningún tipo de mancha; aplástalos un poco o córtalos por la mitad. Si usas tomillo seco, con una ramita vale (en las hierbas secas la concentración de aceites esenciales es mayor). También puedes usar orégano o una mezcla de ambos. Excelente para regar una ensalada de tomates e incluso para un solomillo de cerdo o un pollo al horno.

Ajos y tomillo
Ajos y tomillo
  • Con guindilla, ajos y orégano

Otro clásico. Para echarle unas gotitas a la pizza, darle un puntito picante a la pasta o una alegría a una carne a la parrilla. Según lo picante que quieras que quede deberás usar mayor o menor cantidad de guindilla. Si es seca mayor será el picor. Ten en cuenta también la variedad: guindilla, cayena, distintos chiles… Quítales el pedúnculo, retírales las semillas si no quieres un aceite demasiado picante, y acompáñalas con ajos (aplástalos un poquito), orégano seco o una hoja de laurel seca bien lavada y secada. Añade unos granitos de pimienta (negra, blanca o de las dos) para completar un gran aroma.

Guindilla ajos y oregano
Guindilla, ajos y orégano
  • Con albahaca y limón

Lava bien con agua y unas gotitas de lejía alimentaria unos 250 gramos de albahaca, escúrrela bien y sécala completamente. Quítale la piel a un limón muy sano, sin llevarte la parte blanca, que es amarga, y córtalo en tiritas muy finas. Calienta medio litro de aceite hasta alcanzar los 65º (usa un termómetro de cocina para no pasarte) y viértelo sobre los ingredientes. A las 24 horas filtra el aceite dentro de una botella e introduce algunas tiritas de piel de limón y unas pocas hojas de albahaca. Delicioso para aliñar ensaladas verdes, tomate, platos de pasta… ¡sobre todo en verano!

Albahaca y limon
Albahaca y limón
  • Con naranja y clavo

Rebana la piel de una naranja muy sana, prescindiendo de la parte blanca, y córtala en tiritas muy finas. Calienta medio litro de aceite hasta alcanzar los 65º e introdúcelas en él junto con un par de clavos de olor y granitos de pimienta negra (opcional, según el gusto). Ideal para darle un toque diferente a una ensalada verde, unas chuletas de cerdo, un pescado blanco… e incluso algún postre original.

Naranja y clavo
Naranja y clavo

¡También el vinagre!

Busca un vinagre de manzana o de vino blanco o tinto, siempre de calidad, y apór-tale las notas aromáticas del eneldo o el estragón, dos hierbas que puedes cultivar en casa. Es un clásico que no falla, incomparable para darle un toque fresco y distinto a las ensaladas de hojas verdes. También puedes saborizar el vinagre con ajo y tomillo, pimienta, ¡incluso menta y piel de naranja, flores de lavanda, o frambuesas! Haz la maceración siempre en un recipiente aparte, esterilizado; así evitarás el riesgo de matar la madre del vinagre y detener la maceración. El tiempo de espera dependerá de los ingredientes: cuanto más tiernos, más corto.

Vinagres
Vinagres aromatizados
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